EXALTACIÓN CIENTÍFICA DE JUAN B. ARMENTEROS
LECHUGA
EN EL PREGÓN DE LA SEMANA SANTA 2018 DE JAÉN EN
MÁLAGA
Formada la presidencia de
la Casa de Jaén en Málaga en el salón de actos del Colegio de Graduados
Sociales con su aforo completo, dio comienzo la XXIII Exaltación de la Semana
Santa de Jaén en Málaga con el concierto a piano de Antonio Jesús Pareja
Castilla quien interpretó seis composiciones que entusiasmaron a los presentes.
Oliva Martínez, pregonera
del pasado año, hizo con sentidas palabras la presentación de Juan Bautista
Armenteros Lechuga quien ocupando la tribuna cofrade comenzó su intervención,
saludando a familiares, autoridades y amigos malagueños y jiennenses presentes.
Tras una personal
invocación y rogativas a Dios Padre y tras señalar los distintos conceptos que,
de la Semana Santa, tiene la sociedad actual resaltó la necesidad que los
cristianos y cofrades cristianos, tenemos de realizar un esfuerzo demostrativo
de la verdad de nuestras creencias y de manifestarlas, siempre en busca del
bien común y dentro de la eclesialidad. Y fue así, siguiendo a los evangelistas,
entremezclados con la descripción científica del Martirio. En base a su
profesión de doctor en Medicina y prestigioso cardiólogo jaenés y a través de
la actuación, con imágenes titulares de las diecinueve cofradías jaeneras
proyectadas en dos grandes pantallas, el pregonero se fue introduciendo en la
Pasión de Jesús de Nazaret, representada por las cofradías de Jaén, desde la
entrada de Jesús en Jerusalén.
Las imágenes y la palabra
de Juan Bautista Armenteros provocaron una impresionante atención y al mismo
tiempo emoción e incluso lágrimas que fueron distraídas al escucharse una saeta
interpretada por Conchi Claros Aragón.
Impresionados los asistentes al
ver fotografías de las espaldas flageladas de Nuestro Padre Jesús Nazareno,
fiel reflejo de todo el cuerpo de Cristo, al que definió como el Hijo hecho
Padre de Jaén, integrado prácticamente, por amor y devoción, en el ADN de los
jiennenses, exaltó la Cruz, otra vez por imágenes jaeneras de Cristo
crucificado demostrando, paso a paso, el por qué del sufrimiento y gran dolor
que Jesús padeció hasta su muerte por severas y terroríficas hemorragias,
inclinando su cabeza a la hora nona, a las tres de la tarde. Cristo muere por amor, su
cadáver es el de un hombre demacrado, hinchado, con ojos sesgados, su boca
gritó sed y angustia y sus ojos hundidos y
desesperados decían el espantoso dolor. Finalizó con la gloria de
la resurrección de Cristo, animando a los presentes a vivir la Semana Santa
reflexionando esos días en el sufrimiento de Jesús por la única culpa de
entregarse a los demás.
El himno de Jaén, cerró el
acto vivido en un ambiente jiennense en Málaga que es decir en la Costa del
Sol.
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