Acabamos de despedir a D. Antonio Dorado Soto, Obispo Emérito de Málaga, un hombre bueno, gran creyente y buen cristiano... Persona entrañable, cercano, dialogante, afable, servicial y entregado...
¡Buen Pastor de la Diócesis de Málaga!
¡Gracias por todo lo bueno que hemos aprendido de ti y por guiarnos en el camino de la Fe!... Tus enseñanzas y tu recuerdo siempre permanecerán con nosotros en el corazón.
¡Gracias por aprobar canónicamente a nuestra Hermandad en 2004 y compartir con nosotros el día grande de la bendición de nuestra Sagrada Imagen Titular, la Santísima Virgen de la Cabeza, a su llegada al barrio de la Palma, el último domingo de septiembre de 2007!
Nuestra oración y agradecimiento profundo a Dios, por haber tenido a don Antonio Dorado Soto como un cercano Pastor diocesano y por haber compartido con nuestra humilde Hermandad sus momentos más importantes.
Descanse en paz.
Descanse en paz.
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