El querer de Joaquíun Colodrero
Alfredo Ybarra
Hace ahora una semana fallecía Joaquín Colodrero Ávalos,
uno de esos personajes que si no existieran habría que inventar para dar cuerpo
y alma a la andujanía. En él se daba con preclara nitidez una expresión que una
vez escribí y que en su primera parte decía que cada uno de nosotros somos una
especie en extinción y jamás habrá nadie igual, por lo que debemos cuidar a ese
ejemplar único que está a nuestro lado, y aprovechar al máximo lo grande que se
decanta día a día a través de su existencia.
Pues Joaquín Colodrero era el prototipo de un iliturgitano único y que
sin embargo irradiaba identidad, sabiendo enfocar los perfiles más precisos de nuestro ser de
Andújar, con sus letras copleras, con sus poesías, con su teatro, con sus
pregones , con su voz impostada de actor para atraer al escuchante al foco de
su mirada que habitualmente, a diario,
era La Romería, la Cofradía, Andújar
y la Morenita. Dice mi madre que siendo unos niños ya Joaquín manejaba como
nadie la componenda para dirigir en la casa de alguno con cuatro trapos y
sábanas hurtadas de los tendederos de las madres, como tramoya y vestuario,
obritas teatrales fantasiosas y fantásticas. Su devenir vital iba a estar marcado
cuando siendo un mozalbete comenzó a
ayudar al secretario de la Cofradía iliturgitana de la Virgen de la Cabeza, al
que luego sustituiría. Cargo de secretario que Joaquín ocupó durante cuarenta
años, cuando el secretario era casi todo en la administración y en el día adía
de la Cofradía. Y se podría decir mucho de Joaquín y quedaría bastante más en
el tintero. Que si ha dado sonados pregones aquí y allá y por supuesto el
oficial de Andújar, en 1993. También es
autor de la letra de canciones que ya son tradición en honor a la Morenita. El Ayuntamiento
de Andújar le entregaba en 2010 la medalla de Hijo Predilecto de la ciudad. Fue
pregonero de San Eufrasio, de cofradías
y peñas locales, escribió la obra de teatro 'En Andújar y en Abril' y tenía
publicados diversos libros de poemas;
también no le faltaba ocasión para participar como actor junto a esa formidable
troupe de gente que mantiene en Andújar vivo el teatro en la fragua. La ciudad rotuló un paseo con su nombre en la zona de Colón.
Romero de Oro, Diputado de Honor, Hermano Mayor Honorario, peñista de honor de
diversas peñas romeras, teniendo especial relación con la Peña el Madroño, cuyo
hijo, Ramón, mantiene en buena heredad dicha filiación, siendo al mismo tiempo
Presidente de la Federación de Peñas Romeras. Queda ya la gran y entrañable
memoria de Joaquín, y su saber y su amor lo nuestro. Personajes como él,
únicos, sensibles al alma iliturgitana los necesitamos como el querer. Por eso
lo lloramos.
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