Desde pequeño sentí el impulso de estar a su lado, cuando desde el balcón de mi casa observaba la incesante caravana de coches subir a su encuentro en la Sierra, y yo conforme iba creciendo sentía que algo me faltaba, sin entender muy bien el motivo por el cual la gente subía al encuentro con aquélla Señora.
Conforme descubrí gracias a las primeras retransmisiones de Canal Sur el origen de tanto revuelo, la meta y el culmen enclavado en pleno corazón de Sierra Morena en la cúspide de la Cabeza, y divisé por vez primera uno de sus traslados y la salida procesional pude sentir en mi corazón como algo mio se desgarraba.
Por vez primera subí a tu romería a la edad de catorce años, te divisé por la calzada y no pude evitar lanzarte mi primer VIVA con la emoción de mi Madre y mis tíos, ahí estaba yo, escondido entre el gentío bajo un chaparro, era año malo aquél hasta donde el cielo se resistía a abrirse a tu paso.
Terminada la Romería sentí que debía de honrarte, y que mejor forma de hacerlo que ser Andero tuyo, y cogerte y mecerte sobre mis hombros en aquélla novena del año 94......Ya no están con nosotros personas de la talla de Margarita Córcoles, Antonio Vacas, Luís Espín, Antonio Martínez "Comegato", Manuel Pérez Torres o Manolo Álvarez. Tampoco están entre otros hermanos mayores, Elías de Medio, o José Luis Menendez, y más recientemente en la lista de grandes, nuestro recordado presidente José María González.
Era otro tiempo, otra cofradía, otra forma de hacer hermandad independientemente de que fuera la mejor según criterio de éste u aquél.......era otro tiempo si, quizá no tan lejano por mi actual edad, treinta y pocos pero.....lo que sí sé, es que mi amor por Ella y mi forma de sentirla en los varales se forjó en mis primeros años con aquéllos que he citado, y a los que veía siendo niño agarrado de la mano de mis padres y los consideraba como personajes ilustres de nuestra cofradía y pueblo, cuando orgullosos hacían, cada uno desde su función y papel, el paseíllo con la Cofradía invitando al pueblo a unirse a la comitiva romera.
Andújar se forjó en mí como un sentimiento grabado a sangre y fuego, y cada año que pasa entiendo aún más la emoción de mis mayores al no poder subir a verla durante tanto tiempo y acompañarla en su día grande. Por eso os digo que No perdamos nunca la devoción y el respeto por aquéllos que nos legaron éste ancestral tesoro. Seamos dignos de Nuestra Virgen y el buen nombre de su pueblo y hermandad, amén de todas sus filiales.
Nunca dejemos de soñar una tarde de recepción de cofradías, o....el redoble del tamborilero por las calles de Andújar abriendo paso al cortejo de la hermandad enfilando la pontanilla un Sábado de Romería en la mañana, subir a pie o en coche con nuestra medalla y el estadal, el pitico de barro y nuestra gorrilla campera llena de "pins" alegóricos a la Sierra y a Ella.
No olvidemos a ese puñado de hombres y mujeres valientes pasar la noche en las andas cuando soñemos de nuevo entrar durante la madrugada del Domingo al interior del Santuario, con el único abrigo de su fe.....y una manta......
Seguid soñando verla en aquéllos apoteósicos traslados en donde milagrosamente llegaba sana y salva y "de una pieza" hasta un templete procesional abarrotado de flores en sus columnas en donde y a duras penas podíamos divisar su divina cara cuando venturosa paseaba por la calzada repartiendo bendiciones entre todos sus hijos pañuelo en mano saludándola a la voz del trinitario Jesús Calles que animaba al público asistente a agasajar de ésta graciosa y enternecedora forma a la Virgen......
Soñemos con la vuelta de la Cofradía, entrando alegre y jaleosa por la Pontanilla hasta llegar al cuadro, cohete tras cohete, redoblar de tambor entre el flameo de sus antiguas banderas, sostenidas por hombres fuertes curtidos en el campo, "morenos de piel y alma" como escribiera el poeta Alfredo Carrilero en su pregón.
Soñad cada uno en su recuerdo y que nadie nos despierte nunca del sueño.......el sueño de una romería de antaño.
Pablo Mondéjar.
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