Pregón y pregonero
¡Ya pasó el pregón en honor de la Virgen de la Cabeza!
¡Qué día tan brillante nos ha brindado este año un incógnito señor!
Un pregonero desconocido y un pueblo a la expectativa con miras en alturas deseoso de disfrutar del pregón que se merece.
¡Pues vaya si el pueblo disfrutó!
Militar de profesión, concretamente Capitán de la Guardia Civil, a quien hizo el destino que con su bonita escritura, profundos sentimientos, natural puesta en escena e innata comunicación combinara mantos virginales con trajes de faralaes, estrellas y luceros como guías de los romeros, Santuario querido por todos, jamugas y aroma fresco de la sierra, clerecía y paz, familia y trabajo, rosa y Roma, amor y fe.
En defensa de la mujer lo hizo tan bien que el auditorio del Teatro Principal lo agradeció con una fuerte ovación.
Poco a poco el público se fue entregando en cuerpo y alma como resultado de la exquisitez de los momentos que estaba proporcionando el Guardia Civil. Se oyeron vítores, aclamaciones y numerosos aplausos que interrumpieron en más de una ocasión la alocución de aquél.
Benemérito Cuerpo al que pertenece el pregonero, puedes estar satisfecho de contar con personas tan ilustres, personas que encarnan los valores que ya Calderón de la Barca realzara (...la milicia no es más que una religión de hombres honrados).
Tus armas han sido las mejores que podías emplear.
Hombre de paz y letras que has llegado a muchos corazones iliturgitanos y nos has revestido de una aureola de compromiso, vocación y perdón.
¡Vaya si ha cumplido con su cometido, Capitán!
Que la Virgen de la Cabeza y la Virgen del Pilar siempre en el corazón lleve; en nuestro recuerdo quedará su sin par pregón y su arte, pregonero.
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