Echando de menos al que fue el alma mater de la hermandad de la Virgen de la Cabeza, el padre Jesús Fernández de la Puebla, ayer se desarrolló un año más la salida de la imagen titular de la hermandad y de la humilde parroquia del Corpus Cristi. Todo fue un homenaje y recuerdo a quien hace siete años resucitó la devoción a la Virgen de la Cabeza trayéndose de Andújar la secular advocación que se venera en Sierra morena. Fueron muchos los emotivos instantes, desde los más escondidos hasta los más explícitos como la importante presencia de hermanos de la hermandad matriz y de la población de Herencia de la que era natural al padre Jesús y donde está enterrado.
La procesión de La Cabeza en Jerez trae las peculiaridades que rodea a esta imagen en su capilla en el Cerro del Cabezo cuando sale en procesión y que escapan a las costumbres locales. Desde las grandes banderas que son la seña de identidad de las hermandades filiales hasta el himno de 'La Morenita' que con insistencia volvió a sonar en los instrumentos de Acordes de Jerez. Son signos de que esta procesión adopta formas de aquí pero con múltiples detalles que señalan su denominación de origen. Ayer este aspecto creció más por la presencia del coro de la hermandad matriz e incluso con la llegada de los 'anderos' que son los cargadores que portan las andas de La Cabeza en el día culmen de su romería. La salida fue a las seis de la tarde en una tarde puramente otoñal. Marín Gómez Moreno volvió a ser el capataz de un paso que sigue creciendo en estética con el estreno de los respiraderos y otros detalles que van conformando unas andas únicas y de Ella. El cortejo tiene la singularidad que le proporciona las banderas que en determinados instantes fueron tremoladas con pericia e incluso maestría por gente de Andújar siguiendo un ancestral rito exclusivo de la romería.
La famosa cuesta de las Piedras fue el primer momento de la tarde superando la pronunciada pendiente de dicha vía que enlazó con las cercanías de La Merced. Evidentemente la Virgen llegó a la casa donde surgió la fundación de la hermandad, instante que contaba siempre con los vivas que con fuerza y entusiasmo gritaba el padre Jesús. Ayer no faltaron esos vivas. Salió el paso del templo mercedario y por las callejas del Jerez antiguo buscó San Mateo, la otra 'estación' de la ya noche. Más rezos y más vivas para seguir la marcha ya camino del final en dirección de nuevo a Picadueñas y la Corpus Cristi. No cabe duda que con la desaparición del padre Jesús, esta hermandad toma un nuevo rumbo con el entusiasmo de quienes día a día la apoyan.
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